La tecnología ha tenido un impacto significativo en la agricultura en los últimos años. Los avances tecnológicos han permitido a los agricultores mejorar la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad de sus operaciones.

Algunos de los principales beneficios del uso de la tecnología en la agricultura incluyen:

Mayor eficiencia: La tecnología puede ayudar a los agricultores a reducir los costos de producción. Por ejemplo, el uso de drones para realizar las aplicaciones aéreas. Esto reduce el consumo de combustibles, reduce la huella de carbono, aumenta la eficacia de las aplicaciones y reduce la deriva.

Mayor sostenibilidad: La tecnología puede ayudar a los agricultores a reducir su impacto ambiental. Por ejemplo, el mapeo de suelos y el uso sensores nos ayudan a aplicar fertilizantes y pesticidas de manera más precisa y con base a las características físico químicas de cada zona; reduciendo así la contaminación.